Como todos habréis observado, el código QR está
presente en nuestras vidas cada vez más. Son utilizados por grandes marcas para
promocionar sus productos o simplemente a modo de información de los mismos. Es
un comunicador más para hacer publicidad.
Se trata de una serie de puntos que forman un
código de barras bidimensional en el que se almacena información, su
característica principal son tres cuadrados en las esquinas para que el lector
pueda detectar la posición del mismo. La diferencia con otros códigos de barras
bidimensionales, como BIDI, es que es abierto, no te cobran por utilizarlos.
Una curiosidad de estos códigos es que comenzaron a utilizarse en el área de la fabricación de vehículos, pero se ha extendido tanto su uso que además de ser utilizado en el mundo publicitario o en almacenes para hacer el inventario del mismo, se está empezando a utilizar como epitafio en las lápidas funerarias. Pronto empezaremos a ver las lápidas sin esas letras esculpidas en el mármol diciéndonos quién es la persona que yace allí, ahora tendremos que coger nuestros teléfonos y abrir la aplicación del lector de códigos QR para saber esos datos.
El otro día estuve viendo un programa dedicado a ello y las personas
encargaban su QR con información no sólo de hijo de, marido de… sino con fotos
de su vida, blog, vídeos, etc.
Y ahora me pregunto yo, a donde vamos a llegar
con la tecnología, para qué queremos utilizar en un cementerio un QR, con lo
bonito que es leer aquí yace fulanito de tal marido de hijo de nacido el día
tal y fallecido el día cual. Como han comentado algunos compañeros, para alguna
tumba de famoso visitada por numerosas personas estaría bien pero para una
persona de a pie…
En fin, tenemos que ser conscientes de que el
mundo móvil cada día está más presente en nuestras vidas y ahora también en
nuestras muertes.